Cepas

Esta cepa, base de todos los Prosecco DOC y DOCG, tiene sus orígenes en el Friul Oriental y se ha difundido a lo largo de los siglos entre el Véneto y Friul. Prefiere las colinas, donde encuentra un clima suave y ventilado, pero ha sabido adaptarse también a las llanuras. Hasta 2009 era comúnmente llamado Prosecco; con el nacimiento de los Consorcios de tutela de la cepa ha empezado a indicarse como Glera, mientras que con Prosecco se hace referencia al vino. Las áreas geográficas de producción se dividen en DOCG – Valdobbiadene, Conegliano, las Colinas Asolanas y Montello – y DOC, que comprende 4 provincias friulanas (Gorizia, Pordenone, Trieste y Udine) y 5 provincias vénetas (Belluno, Padua, Treviso, Venecia y Vicenza).
La uva Glera dona un tenue color amarillo pajizo al vino, un sabor seco y ligero, delicadamente perfumado con características notas florales, capaz de exprimir de la mejor manera posible frescura y ligereza.

Particularmente utilizado en los espumantes dulces típicos de la zona trevisana, este vino debe su propio nombre al profesor de enología Luigi Manzoni que, después de años de cuidadosos experimentos, perfeccionó distintos y prestigiosos cruces. Uno de estos, denominado 13.0.25, nace del cruce entre el Moscatel de Hamburgo y el Raboso.
Cepa de notable vigor y fruto rojo, se adapta a climas y terrenos que pueden ser muy diferentes entre ellos, prefiriendo las colinas, no compactos, profundos y fértiles. Da como resultado un vino fino y delicado, con un buen cuerpo y con evidentes reflejos anaranjados.

También este ha sido creado gracias al trabajo del profesor Manzoni, este Incrocio encierra la elegancia del Pinot Blanc y los matices aromáticos del Riesling.
Cada Incrocio Manzoni cuenta con peculiaridades únicas pero, entre estas, el 6.0.13 es seguramente el más difundido y famoso.
Cepa típica del Véneto y de la zona del río Piave, ha conseguido adaptarse a lo largo del tiempo a climas y terrenos muy diferentes. De su vinificación se ha obtenido un vino de color amarillo pajizo, con un aroma delicado y característico, un sabor finísimo, buen cuerpo y un espléndido equilibrio.

Es una cepa que probablemente deriva de mutaciones genéticas del Pinot Noir. Tiene origen francés y se cultiva en diferentes regiones italianas.

No es idónea en los terrenos húmedos, prefiriendo climas secos y con una buena exposición. Da como resultado un vino de color amarillo pajizo con reflejos verdosos y un aroma y sabor delicados.

Entre las cepas de fruto rojo, se considera una de las más nobles y difíciles de interpretar. Tiene un origen muy antiguo en la tierra francesa de Borgoña.

El nombre Pinot deriva de la particular forma del racimo de esta uva, que se presenta compacto y apretado, pareciéndose a una piña.

Da un vino de color rojo rubí suave, delicado, un ramillete fragante que mejora notablemente con el envejecimiento.

Es una cepa autóctona véneta de fruto rojo, cultivado principalmente en la zona del río Piave. Ofrece una producción bastante elevada con una vendimia tardía, en octubre.

Las modernas técnicas de vinificación lo han revalorizado notablemente y hoy el Raboso se utiliza como vino de corte para numerosos DOC y DOCG producidos en la región.

Ideal para el envejecimiento, ofrece un vino rico de color con sabores de mora, frambuesa y violeta.